Esta técnica corresponde a un tratamiento cosmético destinado a tratar zonas corporales y no faciales, no genera sensación de dolor ni es invasiva para el paciente, y generalmente su aplicación es de forma progresiva. A medida que la destrucción de las células adiposas sea efectivo, dichas células serán finalmente eliminadas a través de la orina o el sistema linfático.
La ultracavitación es muy útil para refinar los resultados de una liposucción, ya que permite trabajar selectivamente y de forma precisa las diferentes partes del cuerpo a ser tratadas.
Posterior a una sesión de ultracavitación se recomienda la aplicación de masajes, drenajes o presoterapia para que las células grasas no vuelvan a ser reabsorvidas.
Es una excelente opción si no se quiere recurrir a una cirugía de liposucción, siempre y cuando se haga la evaluación de rigor con un médico especializado, ya que esta técnica, además de generar resultados efectivos, saludables y visibles en pocas sesiones, también requiere de consideraciones especiales dada la emisión de ultrasonidos, como por ejemplo:
Los aparatos de ultracavitación generan mucho calor y pudieran causar quemaduras.
No debe aplicarse cerca de ciertos órganos, ni de articulaciones ni huesos.
El procedimiento, el número de sesiones y la evolución es particular para cada paciente.
El Dr. Jorge Urenda recomienda y hace hincapié en que estos tratamientos de ultracavitación sean realizados por personal debidamente entrenado, con conocimiento y experiencia, y con productos aprobados por la FDA y otras asociaciones científicas reconocidas internacionalmente.
Con la ultracavitación se consigue:
Una modelación rápida y efectiva de la zona tratada.
Los resultados pueden ser prolongados con buenos hábitos alimenticios y sesiones de ejercicios.
Se elimina satisfactoriamente la grasa y de manera permanente en casos óptimos.
La piel se fija de manera rápida y natural al nuevo contorno o silueta lograda en la zona tratada.
La piel recupera su elasticidad alcanzando un aspecto sano y joven.