La reconstrucción quirúrgica de grandes defectos en cabeza y cuello ayuda a: disminuir la magnitud de la desfiguración, reducir la pérdida de expresión facial, reducir las dificultades de comunicación y de alimentación, mejorar el autoestima, controlar la ansiedad y evitar la depresión que principalmente se origina por el aislamiento social.
El Dr. Jorge Urenda comparte el criterio de que la introducción de la microcirugía permitió transferir tejidos con irrigación de mejor calidad a zonas irradiadas, contaminadas o cicatrizales. La seguridad de esta transferencia y la disponibilidad de diversos tipos de tejidos bien irrigados donde se necesitan, mejoró las soluciones a los problemas funcionales y estéticos, y disminuyó el daño en la zona dadora.
La microcirugía ha contribuido significativamente en mejorar la calidad de vida de los pacientes, especialmente si se dan las condiciones para: un óptimo trabajo multidisciplinario, una buena evaluación preoperatoria, un trabajo coordinado de distintos especialistas, el apoyo de UCI y una buena rehabilitación en el postoperatorio.